A veces nos centramos en las partes, sin darnos cuenta de que ampliando la mirada, y viendo la totalidad, somos capaces de generar nuevas opciones. Especialmente en esta época de dificultades, es necesario cambiar nuestro punto de vista, nuestras ideas preconcebidas, nuestras limitaciones internas, para conseguir esos objetivos que nos marcamos. Creemos que tenemos que cambiar nuestro físico, nuestra situación laboral, nuestro coche, el balance de nuestra empresa, incluso nuestra forma de ser y de pensar. Y nos dan un montón de herramientas para ello. Lo que no nos suelen decir, es que el cambio es imposible. Uno no cambia cuando quiere. El gusano no decide un día convertirse en mariposa, así, por las buenas. Es más, cambiar ¿a qué? ¿para qué? El cambio, sucede cuando estamos preparados. Ese es el único secreto. Ni antes ni después. Por eso, es muy peligroso provocar los cambios, porque puede pillarnos por sorpresa, no estar preparados para ellos y pasarán de largo, no nos daremos cuenta de que han sucedido, o en el peor de los casos, serán contraproducentes. ¿Cómo podemos prepararnos para recibir los cambios? Ojalá existieran recetas mágicas, os las daría ahora mismo. Pero no las tengo, ni creo que nadie las tenga. Lo que sí creo que podemos hacer es aceptar con gratitud cada una de las cosas que nos suceden, porque todo sucede para algo, todo tiene una finalidad. Ampliar nuestra mirada, y no quedarnos en lo anecdótico, transitorio o pasajero, por difícil que sea la situación, por mal que lo estemos pasando. Buscar nuestros referentes, guías, y "copiarles". Y seguro que cada uno de los que estáis leyendo esto, tenéis vuestras propias técnicas. Pero sobre todo hay una especialmente importante, y es cambiar nuestra posición como observadores de lo que nos está pasando. Porque simplemente cambiando nuestro punto de vista, ya estamos provocando el cambio, y, al fin y al cabo, ¿no era eso lo que buscábamos?
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
AuthorIncorporat Categories
Todos
Archives
Junio 2015
|